Como no nos entendíamos casi nada
traduje mis besos en largas poesías,
y mientras más lista tu lengua se ponía,
más la vida se nos ponía coloreada.
Todo ha sido tan repentino y profundo
como el viento de una calima ardiente,
con tu bella boca que sé que no miente,
me has cantado los versos del mundo.
Nuestra vida es una ruta por el espacio,
un vuelo ligero con alguna turbulencia
un planear tranquilo del que no me sacio.
Algún día viviré con tus fotos de herencia,
el sabor de tus besos y de tu pelo lacio
el sonido de tu risa rompiendo con vehemencia.
